Review de «Yuli» (2018)
A BAILAR.
Yuli está dirigida por la española Icíar Bollaín, donde relata la vida del cubano Carlos Acosta desde pequeño; hasta convertirse en uno de los bailarines más conocidos del mundo. A medida que el largometraje va avanzando, se va narrando los momento más destacables de su vida. El elenco se compone por el propio Carlos Acosta, Keyvin Martínez (Carlos Acosta de joven), Edinson Manuel Olvera (Carlos Acosta de niño), Santiago Alfonso (Pedro), y Laura de la Uz (Chery). La cinta fue nominada a cuatro premios Goya: mejor actor revelación, mejor sonido, mejor música original, y mejor guion original.
LO BUENO DE YULI
Este biopic cuenta con una fantástica dirección por parte de Bollaín, donde equilibra perfectamente los momentos más duros de la vida de Acosta, con los más álgidos. Se expone perfectamente el problema que puede suponer que un niño rompa con lo establecido y decida dedicarse al mundo de la danza. Se ve de manera muy clara como Yuli (que así es como le llama su padre Pedro) lucha contra si mismo; por intentar que la sociedad le acepte como lo que él quiere ser, pero también porque se siente obligado a hacer algo de lo que él no está seguro, ya que tiene que guiarse por la palabra de su padre; quien le desea un futuro mejor y veo su talento como el pasaporte perfecto para salir de la pobreza en la que se ve sometida su familia en Cuba.
Hay momentos de la cinta donde se nos hace reflexionar acerca de lo que realmente pertenece a un sexo o a otro; donde de primeras pensamos que, si un hombre hace ballet, es homosexual. Que si un chico se pone un vestido, es homosexual. Aunque Yuli solo se limite a contar los hechos tal y como fueron en la vida de Acostal; si que es cierto que aun así esto no impide que reflexionemos acerca de ello. Es casi como si los nombres, atuendos, y comportamientos de las personas fueran una construcción social…
La película manda también un claro mensaje anti racista. El que se encarga de hacérnoslo saber es Pedro, quien hace saberle a su hijo que por sus venas corren más de 300 años de esclavitud; y que la oportunidad que tiene es mucho más que la de explotar todo su potencial como bailarín. Es derribar un muro en contra de los prejuicios rodeando la gente negra, pobre, y que catalogan de “marica” por hacer algo diferente a lo establecido por la sociedad. Aunque se ve como en un principio Carlos debido a su juventud no entiende porqué el baile es tan importante para su padre (este último llegando incluso a apalearlo con un cinturón al enterarse que faltaba a clases); vemos como se va dando cuenta de lo que supone tanto para él como para su familia. Se da cuenta que puede marcar una diferencia tanto en Cuba, como en el resto del mundo.
Hay que recordar que Carlos Acosta fue el primer bailarín negro que entró en el Royal Ballet de Londres, logrando hacer un Romeo. Es un mensaje clarísimo en cuanto a los obstáculos que la gente negra tiene que hacer frente si quieren intentar tener la vida de la gente blanca.
LO NO TAN BUENO DE YULI
Cuando se narra la vida de alguien en forma de biopic, un problema que uno se puede encontrar de forma bastante repetida es la sensación que la cinta va de un lado a otro. Eso es justamente lo que pasa aquí. Parece que la cinta se sitúa en el pasado, va al presente, vuelve al pasado, avanza un poco más, salta otros 15 años adelante, etc… Y eso es algo que lastra a todas las películas de este tipo, porque parece además que no se sabe hasta que punto quiere llegar, porque no se deja explicito desde el principio; haciendo que puedas llegar a pensar que el final está cerca, cuando realmente no lo está. Incluso a veces se hace pesada al no saber muy bien el rumbo que quiere tomar.
También siento que muchas veces la película intenta dar con la tecla emocional adecuada pero no lo consigue del todo. Si bien es cierto que te puedes hacer una idea de lo que se supone que tienes que llegar a sentir; la cinta no termina de conectar del todo. Se ve que la intención es esa y de forma clara, pero noto como que falta algo. Es extraño porque a priori está todo bien, las actuaciones son muy buenas, pero el resultado no convence del todo en ese aspecto.
EN RESUMEN
Yuli es una película muy bonita que cuenta con pelos y señales los obstáculos que Carlos Acosta se enfrentó para llegar a ser lo que es a día de hoy. Estéticamente hablando, es preciosa. Cuenta con unos plantos fantásticos, acompañados de una banda sonora muy elegante de la parte de Alberto Iglesias. Deja ver cuales son los prejuicios sociales a día de hoy acerca de los niños que hacen ballet y que rompen con los estereotipos; además de demostrar hasta que punto el racismo ha influido históricamente hasta para decidir que bailarines tienen más opciones que otros de triunfar. La cinta a veces puede resultar algo espesa, donde el espectador va y vuelve al presente o pasado; donde además no se da del todo con la tecla emocional. No obstante, es una cinta muy bella y que merece ser vista.